Como se preveía, el Partido Socialista ha ganado las elecciones. No era
ningún secreto que este sería el destino que depararían las urnas. Pese
a la obviedad intentaremos entresacar algunas conclusiones al respecto.
El PSOE ha ganado pero está estancado
Pese a que los socialistas han ganado hay un hecho: es un partido
estancado. Y cuando decimos estancado es que ha perdido incluso votos
(más de 100000) respecto a la última cita electoral, manteniendo los 47
escaños. Su voto ha estado en el interior de Andalucía, sobre todo en
las zonas rurales como es costumbre, habiendo restado en algunas
capitales de provincia -aunque sin desbancarlo- votos al Partido
Popular.
Esto nos lleva a una creencia. Los socialistas en
Andalucía tienen una extensa clientela y un voto cautivo, difícilmente
modificable. La corrupción absoluta de la región a cargo del PSOE y sus
afluentes (sindicatos, empresarios afines, cargos de confianza,
enchufados...) no ha podido derribar al gobierno de Díaz. Sencillamente
porque de la permanencia del PSOE depende el estómago de muchos
andaluces (ya sabemos gracias a qué tiene un enorme granero de votos) y
por la endeblez de sus competidores frente a la figura de la "lideresa
del sur" que, si bien es de una verdadera mediocridad política que se ha
dedicado exclusivamente a vivir del partido sin conocérsele otro
oficio, sabe conectar con el electorado arengando las grandes
"transformaciones" que el socialismo ha hecho en Andalucía.
Pese a
la falsedad de dichas "transformaciones" (¿será el desempleo, el robo
del dinero de los parados, las imputaciones de Chaves, Griñán y
compañía...?) la que se le avecina a Susana Díaz es de una situación,
cuanto menos, difícil. Un gobierno en minoría, con la irrupción de
nuevas fuerzas y con nuevos partidos que, en principio, mostrarán su
hostilidad harán que la gestión sea bastante complicada. Ahora habrá que
ver si existen problemas para su investidura.
La debacle del PP
Que el PP en Andalucía ha tenido serios problemas siempre es evidente.
Es una de sus regiones malditas. Pero es que la apuesta personal de
Rajoy por Moreno Bonilla, un segundón en las filas del partido con
horchata en las venas, no auguraba nada bueno. El voto del PP se ha
concentrado, todo un clásico, en la costa y en las capitales de
provincia. No obstante en estas ha tenido una gran merma pese haber
vencido en todas ellas, en algunas de forma pírrica.
El PP ha
intentado sacar provecho de la corrupción de la Junta y puso la carne en
el asador con las esperanzas de poder obtner algo positivo, pero la
realidad es muy tozuda. Que el PP sabía que sería un desastre colosal
era a todas luces muy claro, pero quizás no de las dimensiones sufridas.
Sus 33 diputados (¡¡¡17 menos que en las anteriores!!!) es un reflejo
claro de que la rama andaluza del partido que gobierna España está muy
tocada. Además, no hay que olvidar que si el PSOE es el "Partido de los
ERE", el PP es el "Partido de la Gürtel" y muchas veces el votante
piensa en términos nacionales.
Si Moreno Bonilla es la oposición
al PSOE, como lo fue el eterno perdedor Javier Arenas, Susana Díaz debe
estar encantadísima. Será muy placentero para ella.
Irrupción de Podemos y Ciudadanos
Era esperado que los "partidos de moda" entrarán fuerte, aunque quizás
sus expectativas hayan sido más altas que los resultados cosechados
sobre todo en Podemos. No obstante, la irrupción de ambos pondrá en
juego un nuevo tipo de parlamento hasta ahora inédito.
En el caso
de Podemos ha sido un gran éxito aunque agridulce, pues la formación
creyó siempre que llegaría a la veintena de diputados y ha obtenido 15
escaños. No debe tampoco extrañar, pues la candidata era de un bajísimo
perfil. Teresa Rodríguez llevará muchos años militando en distintas
formaciones de la izquierda radical, pero su carisma es escaso por no
decir que inexistente. ¿Por qué lo decimos? Porque no es lo mismo el
"agit-prop" que adquirir responsabilidades de este tipo. No hay más que
observar su paso sin pena ni gloria -como si de un florero se tratara-
como europarlamentaria. En cuanto a su discurso ha sido ramplón, lleno
de los clásicos tópicos de la más rancia izquierda, con gran hincapié en
las desigualdades (de aquí sí ha obtenido sus principales frutos) y con
menciones vagas en lo que concierne a la corrupción institucional de la
Junta.
Pese a ello, Podemos ha entrado con fuerza y ha ganado
plazas duras como Cádiz, una de las provincias más afectadas por el paro
de toda Andalucía y de todo el territorio español. El problema que se
le presenta a Podemos es que su cabeza, como decimos, es de un liderazgo
nulo. Creemos que Susana Díaz no va a tener problemas en deshacerse
desde la tribuna de los simplismos de Rodríguez. Al igual que no nos
queda claro que la oposición de Podemos vaya a ser de un carácter
extremista y feroz. Todo se verá, pero el peor enemigo de Podemos en el
parlamento lo tiene dentro y es su cabeza de lista.
Ciudadanos,
en cambio, ha logrado con su entrada parlamentaria un enorme éxito. Un
partido reducido a Cataluña que ha decidido dar su salto a la política
nacional y extenderse por la piel de toro. Es evidente que los
"naranjitos" han pescado el voto del PP. Juan Marín parecía satisfecho
con los 9 diputados y lo consideraba una victoria casi para cambiar el
signo de Andalucía, pero aquí es donde nos surgen las dudas. Ciudadanos
tiene un perfil de partido pactista, nada duro, de organización bisagra
si se quiere.
¿Qué hará la formación en la investidura? Es
evidente, o eso creemos, que no apoyará a Díaz pero sí que se abstendrá
para facilitar la gobernabilidad, aunque muestre una postura crítica y
ácida con el PSOE. De hecho Díaz cree que la clave estará en una
relación más o menos cordial con Ciudadanos para que exista cierta
estabilidad de gobierno, por lo que probablemente se tendrá que auxiliar
de Marín y, ocasionalmente, de Izquierda Unida o Podemos, aunque este
último opondrá mayores resistencias al entendimiento.
Lo que es evidente es que Podemos y Ciudadanos cambian el clima soporífero del parlamento andaluz.
La auténtica hecatombe de Izquierda Unida y la no cabida del Partido Andalucista y UPyD
Si el PP ha tenido una caída espectacular, lo de IU ha sido un
verdadero hundimiento bajo tierra. Solo ha salvado la honra, por ser
benévolos, porque tendrá grupo propio.
IU ha sido el perro
faldero del gobierno de la corrupción socialista. Su acuerdo consistió
exclusivamente en obtener poder, aguantar el temporal y poco más. La
gestión del comunista Valderas en la formación, que era el principal
valedor del gobierno de coalición, ha sido catastrófica y Maillo ha
pagado el pato. Los 5 diputados de IU, la absorción de su electorado
tradicional por Podemos y su negativa a que se abrieran investigaciones
sobre los casos de los ERE y los cursos de formación han sido la
puntilla. Y esto último, no se puede negar, siempre salpica en mayor
medida a la parte más débil.
El período que se abre para el
partido va ser muy duro. Con Podemos como paladín de la fuerza de
oposición a la izquierda del PSOE y como tercera fuerza, su relevancia
será escasísima. Consistirá poco más que ser una especie de grupo que
apoyará las propuestas de Podemos y que intermitentemente apoyará
algunas del PSOE. La realidad es muy cruda y si hay dos partidos que
ocupan el mismo espacio (Podemos e IU) el más grande vencerá siempre al
chico. ¿Será el principio del fin para IU? Es pronto para saberlo, pero
su futuro no es nada halagüeño.
En cuanto a las formaciones que
habían conservado esperanzas en entrar en el parlamento, caso de PA y
UPyD, han recibido un duro mazazo, a la vez que han demostrado dos
cosas:
1- Que el andalucismo no tiene seguimiento en la región,
estando dicho voto en poder del PSOE desde hace muchos años y, en menor
medida, en IU y ahora en Podemos. Esto aún, aunque parezca mentira, no
lo ha comprendido el Partido Andalucista.
2- La torpeza de UPyD de
no haberse entendido con Ciudadanos, siendo ambos partidos muy
similares, va a suponer que pase a ser un partido marginal no solo en
Andalucía -donde ya lo era- sino en toda España. La aparición de
Ciudadanos lleva a que UPyD le espere un futuro desolador, quizás muy
parecido al de IU respecto a Podemos.
Esta es nuestra opinión de
los resultados. El "Partido de los ERE" seguirá gobernando, pero sin
mayoría absoluta y en minoría. El "Partido de la Gürtel", pese a su
descalabro, seguirá siendo la oposición a distancia del tercero aunque
muy lejos del primero. Podemos ha obtenido un gran resultado, pero
inferior al esperado. Ciudadanos ha logrado meter la cabeza en
territorio virgen, aunque desconocemos cual será su posición. En cuanto a
Izquierda Unida simplemente podríamos refundarla como "Izquierda
Hundida", ya que agotada y salpicada por su colaboración con el PSOE,
con el añadido del "efecto Podemos", pasa a ser un partido residual en
el parlamento.
El bipartidismo (PP-PSOE) está a la vez estancado
y en retroceso considerable. Pero la cuestión más importante es la
siguiente. ¿Cambiará algo en Andalucía? Pues no. Casi nada. Como dice
cierta canción de un conocido cantante español, lamentablemente, "la
vida sigue igual...".