lunes, 28 de octubre de 2013

Crónica de la conferencia "El Ramiro político".


El viernes 25 de octubre a las 20.00 tuvo lugar en el Centro Social Bernardo López García una conferencia impartida por D. Luis Castillo sobre la figura de Ramiro Ledesma Ramos, fundador y teórico del nacionalsindicalismo, titulada "El Ramiro Político".

El acto, que tuvo una gran asistencia con un público bastante joven, comenzó con una introducción del orador sobre el personaje y sus influencias (Sorel, Nietzsche, Fichte, Hegel, Ortega y Gasset, etc.) previa a la lucha política y su labor como doctrinario a lo largo de cinco intensos años en los que puso las bases de un movimiento nacional y social, renovador, regeneracionista y revolucionario. Sobre Ramiro destacó Castillo que ha sido "una figura incómoda, tremendamente incómoda" tanto ayer como hoy y exprimió al máximo el pensamiento de uno de aquellos jóvenes que derramaron generosamente su sangre en 1936.

Indicó que el Ramiro Ledesma netamente político no sale a la luz pública en 1931 con La Conquista del Estado sino en el banquete organizado en honor a Giménez Caballero en 1930 al gritar por vez primera ante el comunista Antonio Espina la consigna de "¡Arriba los valores hispanos!", todo fruto de una evolución que ya habría comenzado tempranamente, en su opinión, con su novela "El sello de la muerte".

Tras analizar algunos de los grandes artículos del zamorano tanto en La Conquista del Estado como en la revista JONS -en los que propone un patriotismo revolucionario y sindicalista frente al marxismo y el liberalismo-, Castillo hizo gran hincapié en la que considera la gran obra doctrinal de Ledesma y del nacionalsindicalismo: "Discurso a las Juventudes de España". Dijo que este libro tenía una fuerte influencia en el filósofo alemán Johann Gottlieb Fichte y su "Discursos a la Nación alemana" ("Reden an die deutsche Nation") publicado en 1808 durante la ocupación napoleónica del país germano, cuyo objetivo era el renacimiento del sentido nacional alemán. Ledesma intenta algo similar con ello y cree firmemente que el resurgimiento del patriotismo español se hará únicamente a través de la juventud. En él Ramiro analiza de forma resumida y brillante la historia de España desde la unificación de los Reyes Católicos hasta la Segunda República. Contempla que la España Imperial que va desde 1492 a 1588 es una construcción inigualable por pueblo alguno, pero que España en un momento determinado dejó de contar en el mundo, fundamentalmente por la afrenta de imperios rivales como el inglés o el francés. Ledesma interpreta que España ha sido derrotada por sus enemigos, pero no desertando de forma cobarde sino cayendo con bravura y heroísmo.

El conferenciante indicó que Ledesma opinaba que España parecía que buscaba la mejor forma de morir y que el siglo XIX, tras la victoria épica en la Guerra de la Independencia frente al francés, no supuso más que una serie de luchas estériles entre una España tradicional que buscaba recuperar la grandeza pasada pero ya agotada y sin sustancia y una España liberal que, en ocasiones, rozaba la traición nacional. Todo ello derivó en la restauración canovista, la monarquía alfonsina y la dictadura primorriverista que desembocaron en el estocazo final. La Segunda República pudo suponer una nueva era, pero no fue más que continuismo liberal y el fin de un ciclo histórico. Ledesma resumía los últimos cien años de España como "una gran pirámide egipcia de fracasos" y que la única vía que quedaba era emprender una Revolución Nacional.

Posteriormente Castillo nos desgranó brillantemente lo que Ledesma proclama en el Discurso: el papel necesario de la juventud, la estrategia, metas y objetivos de esa revolución, la defensa férrea de la unidad española, una nueva moral nacional, la creación de un nacionalismo social y de masas que redima a todos los españoles, el desmantelamiento del capitalismo, imponer la justicia económica y la necesidad de España de un fuerte crecimiento demográfico, militar y una política internacional vigorosa. Para Ledesma la realización de esa revolución supondría que España volviera a tener voz en el mundo y poder atreverse a todo como la recuperación de Gibraltar, la unión con Portugal, una política estrecha con los países hispanoamericanos...

En la parte final del "Discurso a las Juventudes de España", el conferenciante nos habló de las dos digresiones que establece el teórico, calificando a Ledesma como un excelente analista político y su perfecto conocimiento de la situación internacional, en los que examina extraordinariamente los distintos fenómenos políticos y movimientos triunfantes de su tiempo -bolchevismo, fascismo y nazismo- así como de la decadencia del mundo demoliberal y el fracaso de la Sociedad de Naciones. Su evocación final es significativa, en cuanto que considera que la presencia de España en el mundo la hará de nuevo estar genialmente en las paginas de la Historia universal.

El orador trató otra de sus obras -"¿Fascismo en España?"- en la que Ledesma de forma casi visionaria entiende que en España no existen fascistas y sí, en cambio, "fascistizados" y que estos no tendrán más remedio que converger en una acción conjunta, con un sector del Ejército, para que pueda triunfar una revolución nacional. Además no rehuyó sobre dicho libro -firmado con el seudónimo Roberto Lanzas- el tratar el distanciamiento entre Ramiro Ledesma y José Antonio Primo de Rivera, que calificó nuestro conferenciante de "lucha por el poder del movimiento más que de enfrentamiento doctrinal", atreviéndose a decir que "una vez separados el uno y el otro parecían pasados los meses, paradójicamente, más cercanas sus posturas ideológicas". Señaló la gran honestidad de Ledesma al reconocer que José Antonio había ganado la batalla y que era el "mejor interpretador del jonsismo" a finales de 1935. Eso explicaría la visita a la Cárcel Modelo de Madrid que Ledesma hizo a José Antonio en 1936 -donde limaron sus asperezas- y con la facilidad con la que los jonsistas escisionados con Ledesma en enero de 1935 reingresaron en Falange en la "primavera trágica" y al inicio de la guerra civil -como fue el caso de Juan Aparicio, Martínez de Bedoya o Souto Vilas, entre otros-. Asimismo señaló que es difícil saber que quiso decir Ramiro con su intrigante frase "nos viene mejor la camisa roja de Garibaldi que la negra de Mussolini". Se preguntaba de forma retórica el conferenciante si "¿renunciaba con ello a que el fascismo fuera la solución española? Es difícil interpretar su significado".

Para finalizar nos habló de la última empresa de Ramiro -"Nuestra Revolución"-, de la que solo salió un número, pues una semana después estalló el alzamiento, en el que sin renunciar al patriotismo que ha preconizado, intenta de nuevo atraerse a un sector de los anarcosindicalistas, rechaza frontalmente los intentos de la CEDA por pretender, tras su fracaso, canalizar las llamadas "fuerzas nacionales" y se dedica a desenmascarar la explotación económica de las minas españoles por parte del capitalismo extranjero.

Posteriormente hubo un turno de preguntas al conferenciante, el cual tuvo un tono vibrante durante toda su disertación que logró una grandísima atención e interés.