martes, 20 de noviembre de 2012

Reflexiones sobre una huelga ineficaz.


El pasado miércoles 14 de noviembre se produjo la segunda huelga general convocada por los sindicatos mayoritarios al gobierno del Partido Popular y tras una semana queremos hacer valoraciones al respecto.

En primer lugar tenemos que aclarar que nos posicionamos contrarios a esta política dictada por la Europa del capital, haciéndonos perder nuestra soberanía nacional, y dirigiéndonos cada vez más a políticas más antinacionales y antisociales.

Una vez más vemos cientos de imágenes de violencia gratuita por parte de esos “piquetes informativos”, que no son otra cosa que la extrema izquierda camuflada, atacando entre otros a pequeños comerciantes que quieren abrir su negocio que es su único medio de ingresos.
Del mismo modo que por otra parte los liberados sindicales que actúan como piquetes de los grandes sindicatos tan culpables de la crisis como la patronal, el gobierno, o la banca; también salen por las calles de la ciudad como cual banda violenta amenazando y amedrentando a todo aquel trabajador, al que dicen defender, que ha decidido ir a trabajar.

Y es que parece que para que una huelga general sea efectiva es necesario amedrentar al trabajador al que tanto dicen defender, puede que ese descontento generalizado sobre los sindicatos sea por su a veces ineficaz acción, o porque llegan tarde para actuar, o porque su hipocresía les puede protestando contra una reforma que luego son ellos los primeros utilizarla o simplemente porque su mensaje está caduco.
Y es que parece que no se quieren dar cuenta estos sindicatos que ese mensaje tan caduco de guerra de clases cada vez convence menos al trabajador español y puede ser en gran parte el motivo por el cual el trabajador español no secundo la huelga, y es que también ayuda a eso unos sindicatos cada vez más desacreditados, que sólo piensan en su propio interés y no en el del trabajador.
Por eso su discurso marxista cada vez está mas caduco y es que la época de la lucha de clases ya pasó.

En cambio podemos hablar de unas manifestaciones muy numerosas a lo largo de la geografía española, que aunque están capitaneadas por los sindicatos mayoritarios, muestran el malestar de los españoles frente a unas políticas que rechazamos. Aún así con casi seis millones de parados, una devastada industria española y un pequeño y mediano comercio arrasado por los productos extranjeros bastante poca protesta se realiza para la que esta cayendo.

Por último cabria decir que motivos sobran para protestar y quejarse pero a estas alturas o se cambia de forma radical y se vuelven a unas posturas donde se recupere la soberanía nacional o tan solo se pierde el tiempo en protestas que no consiguen sus objetivos finales, sino que simplemente lo hacen de cara a la galería. Por eso puede ser que el español cada día se de más cuenta de que unos sindicatos ineficaces no van a solucionar el problema de unas instituciones que supuestamente sustentan nuestro estado y que lo único que hacen es rendir cada vez más cuentas a una Europa que no piensa en sus naciones ni en sus ciudadanos sino en una Europa del Capital en lugar de rendir cuentas al pueblo español.