El Plan Bolonia se ha convertido en un fenómeno objeto de muchas controversias, más negativas que positivas, y para hablar sobre él, hay que saber qué es. Desde luego no podemos guiarnos por lo que nos digan en la televisión ni lo que te diga el típico compañero con perjuicios ideológicos, pues era patético ver como en algunas manifestaciones mucha gente seguía a la masa, cual oveja en su rebaño, diciendo manifestarse por el Plan ‘Polonia’, cuando en realidad eran partícipes de mera propaganda política.
¿Pero sabemos a ciencia cierta que es el Plan Bolonia, o nos hemos guiado hasta ahora por las políticas oportunistas de partidos y sindicatos totalitarios? Hemos recibido quejas varias a nuestro email por parte de muchos estudiantes que preocupados por su futuro, se han visto desprotegidos porque nadie a dado el brazo a torcer para informarles de que iba el Plan Bolonia, y los pocos que lo han hecho, han ‘contaminado’ la información y la han llenado hasta la saciedad de propaganda política, como antes indicábamos. En ningún momento se ha mirado por que el estudiante tuviera buenas bases sobre las que enfrentarse al problema que se le viene encima, ni por que existiera un sindicato de estudiantes único, y sin aspiraciones políticas, ya que como ocurre en la actualidad, existen multitud de sindicatos estudiantiles, pero preocupados más, por defender el “antifascismo en las aulas”, que por defender los derechos de los estudiantes, sean de la corriente ideológica que fueran.
A continuación reseñaremos lo más brevemente posible qué se trata en este plan y cómo va a afectar en buena medida al progreso de la carrera del estudiante universitario.
El Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), conocido popularmente como Plan Bolonia, pretende por un lado, unificar los planes de estudios de las universidades de Europa y por otro, hacer cargo a las empresas privadas, de la financiación de las distintas titulaciones, a cambio de permitir a las empresas participar de forma definitiva en la elaboración de los planes de estudios. Es decir, que el EEES pretende conseguir un mundo universitario regido por el principio de eficiencia y de adaptación, a las necesidades económicas de las empresas, en vez de una Universidad como centro de cultura y propulsor de la civilización como entendíamos hasta hace no mucho tiempo.
El EEES traerá consigo la desaparición de la tradicional distribución académica en diplomaturas y licenciaturas, que serán sustituidas por los llamados “Grado” y “Postgrado”. El Grado consistirá en la proporción a los alumnos de una formación universitaria, que aúne conocimientos generales básicos y conocimiento propios de cada titulación, orientados a la incorporación al mercado laboral. Con esta medida conseguirán crear una masa de estudiantes, sin los conocimientos necesarios para incorporarse con garantías plenas, al mercado de trabajo, por lo que obligarán en cierta medida, a que los estudiantes continúen con sus estudios de Postgrado. Esto significa que gran cantidad de títulos de diplomaturas, o ingenierías técnicas, se verán devaluados por equipararse, con los futuros Grados. Por su parte los estudios de Postgrado están enfocados a la obtención de los títulos de Master y de Doctor (segundo y tercer ciclo respectivamente).
Además el EEES traerá consigo la eliminación de las becas, ayuda indispensable para multitud de familias, que no podría asumir los gastos acarreados por la educación universitaria. El gobierno pretende engañarnos, diciéndonos que las becas tradicionales, serán sustituidas por otro tipo de becas, las llamadas beca-préstamos, que no es otra cosa que un préstamo que podrá ser solicitado por los estudiantes y que deberá ser devuelto una vez el estudiante comience a trabajar. Esto más que facilitar a los estudiantes su acceso a la Universidad, es adjudicarles una hipoteca. Es decir, entendemos que la Universidad tenderá a la elitización, ya que las familias más humildes simplemente, no podrán hacer frente a los gastos. Los estudiantes pasaremos de ser becarios a ser prestatarios.
Otro punto a tener en cuenta, como ya comentamos anteriormente, es la futura financiación de la Universidad, que será realizada, a través de los pagos de las tasas de matriculación (incrementadas notablemente) por parte de los alumnos, y de la financiación de entidades privadas, como multinacionales que serán las encargadas de financiar titulaciones, pertenecientes a su campo de acción laboral. Aquí veremos por ejemplo como Telefónica financiará a los Ingenieros en Telecomunicaciones por poner un ejemplo. A cambio de la financiación, las empresas podrán intervenir de forma determinante en la elaboración de los planes de estudios de las titulaciones que financien, con el fin, nos dice el gobierno, de obtener trabajadores mejor preparados para las demandas de las empresas. Es decir, los estudiantes, no pintan nada. Si pretenden convertir la Universidad en una ''empresa privada'' (que simplemente se ''fabricará'' trabajadores, cual tornillo fueren), como mínimo deberían permitir que los estudiantes tuvieran también su cota de trascendencia en las decisiones. Esta financiación por parte de las empresas provocará la desaparición de titulaciones que no beneficiarían a largo plazo a éstas empresas. Es caso de las titulaciones de humanidades. Se financiarán únicamente las carreras, que puedan proporcionar mano de obra para la patronal, eliminándose el resto. Llegado este punto aseguraremos que la Universidad deja de ser tal, ya no es un centro de saber universal, si no que pasa a ser un taller de entrenamiento y adoctrinamiento de mano de obra, un paso más en la sociedad del materialismo capitalista.
Entrará en vigor de forma total (en la actualidad ya se imparten titulaciones en determinadas Universidades, principalmente privadas, con el nuevo formato europeo) el 1 de Octubre de 2010.
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