sábado, 17 de enero de 2009

Reflexiones de una oveja negra.


Diariamente los identitarios y social-patriotas españoles nos encontramos con dificultades y obstáculos que en muchas ocasiones son difíciles de superar. Hay días que notamos que nuestra comunidad no responde del mismo modo a nuestras soluciones y disposiciones de emergencia para salir de la decadencia en la que esta sumida nuestra sociedad. La misma decadencia resultado durante siglos de corrupciones, ambiciones y mentiras que han provocado la caída de innumerables imperios, considerados indestructibles. Una decadencia que ha sido transmitida a todos nuestros hermanos desde que el mundo es mundo como si de un virus se tratase, una decadencia que cala en lo más interno de nuestro ser y nos aniquila hasta dejarnos hechos simples productos ignorantes, pero al mismo tiempo indefensos y débiles. En adelante tal vez hablemos más sosegadamente del papel que juegan los ignorantes y su creencia del saber, en nuestro pueblo.
Seguro que tú, camarada, notas como hay días que quieres dejarlo todo y dejarte arrastrar por la corriente, la corriente del sistema, en la que abundan la mayoría de gente ‘berreando’ cual borregos en su rebaño.

Como dije hace un tiempo, imaginemos un supuesto en el que una bola de nieve baja rodando a gran velocidad montaña abajo. Esta bola cuanto más avanza, más nieve arrastra consigo, convirtiéndola en una bola cada vez más y más grande e imparable. Nadie puede pensar que una bola tan grande puede ser detenida, pero lo será, sin duda, pues por el camino la bola se encontrará con rocas, árboles y demás obstáculos que impedirán la continuación de esa bola si no es encaminada por el lugar correcto. Igual es nuestro movimiento y nuestro proyecto, del mismo modo a nosotros también se nos une diariamente gente luchadora y comprometida que hacen este movimiento cada vez más grande, pero al igual que la bola de nieve, nosotros también nos encontramos con obstáculos de diversa índole a lo largo de nuestra vida. Pero no por ello hemos de abandonarlo todo, para nada, todo lo contrario, nosotros comenzamos a hacer rodar este proyecto en su momento y al igual que nos costó tiempo y esfuerzo empezarlo, no podemos abandonarlo a su suerte sin saber que le deparará el destino, ahora es cuando ese sacrificio que invertimos se hará notar más porque nos encontraremos con más y peores pruebas por el camino. Siempre se tendrá que hacer notar nuestra presencia y nuestra atención, pues habrá tiempos en los que tendremos los mismos obstáculos, pero estarán escondidos y aguardando su momento para acabar con nuestra causa.

Esta reflexión no es más que un grito por continuar la lucha a aquellos que creen que ya no hay nada por lo que luchar, porque ya lo han dado todo y no obtienen resultados. Como decía al principio la providencia nos pone obstáculos y ‘vallas’ que debemos saltar a lo largo de toda nuestra vida. Obstáculos que prueban nuestra fe y lealtad a nuestros valores y tradiciones, a nuestras costumbres e ideales, a nuestro espíritu de lucha y sacrificio, a nuestra sangre, a nuestra voluntad. La única arma para los momentos difíciles es continuar la lucha, llegará un momento en que nuestro trabajo se verá recompensado y sabremos que todo nuestro esfuerzo habrá merecido la pena. El futuro nos traerá sus frutos que con tanto esfuerzo y sudor estamos superando. Si creéis que no sois nada, miraos al espejo y veréis a la persona que levantará piedra por piedra la nueva y gloriosa España de las ruinas de la miserable y decadente ‘Expaña’.

Pero para llevar a cabo todo esto, primero tenemos que observarnos y saber con certeza por lo que se lucha, y una vez que todo esto esté bien claro, actuemos de ese modo así. No importa si nuestra actuación es paupérrima o escasa, lo que importa es que lo hayamos intentado y que si fallamos, sepamos que error se ha cometido y podamos rectificarlo.

Y para terminar tendremos siempre una máxima presente: Esto no lo hacemos por ninguna recompensa material, lo hacemos por el pueblo español que en esta hora maldita y de tiempos oscuros clama por auxilio. Cuando España haya resurgido de su hundimiento como el Ave Fénix de las cenizas, habremos obtenido entonces la mejor de todas las recompensas.

¡¡CAMARADAS, APRETEMOS FILAS!!

¡¡EL MAÑANA NOS PERTENECE!!