jueves, 9 de marzo de 2017

¡Día de la mujer!


El 8 de marzo se viene celebrando internacionalmente desde hace más o menos un siglo el Día de la Mujer. Día que hoy también celebramos, y que por desgracia alrededor del mundo se ha ido manchando de ideología feminista y convirtiéndose en un instrumento más del capitalismo que impera, rebajando la dignidad de la mujer a la altura de un objeto de consumo y desvirtuando la historia de las mujeres hasta nuestros días.

La cultura grecorromana, de la que nuestra Patria y Occidente son herederos, jamás trató a la mujer como se la ha venido tratando desde los tiempos de la Reforma hasta casi nuestros días. Pese a que en aquellos tiempos la mujer tenía limitado el acceso a cargos públicos o militares, su estima estaba muy por encima de la de cualquier hombre: eran el motor del hogar, raíz de la educación de los hijos, concebían, parían y amamantaban a los hombres que en un futuro se convertirían en políticos, filósofos, científicos o militares. Junto a los arquetipos de creación, fertilidad y abundancia que se le atribuyen generalmente a lo femenino, en la mitología Europea a estas se le añaden la guerra, caza y sabiduría; y en la mitología griega y romana: la soberanía. Catón el Viejo, un político, escritor y militar romano llegó a decir de la mujer: El hombre que golpea a su esposa, pone manos violentas sobre lo más sagrado de las cosas sagradas.

Pese a la posición igualitaria o superior en algunos casos con la que ha contado la mujer respecto al hombre a lo largo de la Historia, ha habido tiempos de paréntesis que, por desgracia, se siguen manteniendo en otros países y culturas. Véase, por ejemplo, el islam: desde el siglo VII hasta la actualidad, la mujer es para la secta del profeta un objeto como otro cualquiera, que bien puede valer lo mismo que un animal de compañía. Esta supuesta religión de paz y tolerancia es un lastre que atenta contra la dignidad humana de la mujer, con el apoyo del progresismo en el cual está englobado el actual feminismo, paradójicamente.

Centrándonos en el papel actual de la mujer, ésta debe recuperar su lugar tradicional frente a la barbarie feminista que lejos de liberarla la esclaviza. Y para ello hay que tener claras las diferencias primordiales entre hombre y mujer, y cuál es el papel que cada uno de los individuos representa para el ser humano. Una mujer jamás podrá ser un hombre, ni viceversa. Ambos tienen los mismos derechos, y la obligación común de representar a la humanidad en su sexualidad y de seguir desarrollándola con sus descendientes.

Nuestra lucha, la lucha de la mujer en particular, debe ser revolucionaria contra las modas y fanatismos de este siglo en el cual nos ha tocado vivir. Por ello, nuestro deber es construir un futuro nuevo, sin olvidar nuestros pilares del pasado y tomando el ejemplo de las grandes mujeres de nuestra Patria que nos precedieron. Mujeres que, siendo hijas de su tiempo, escribieron la Historia de España en letras doradas. Mujeres como Isabel la Católica, que culminó la Reconquista consiguiendo la unidad política y religiosa de la península, sembrando el grano del imperio más grande en todas sus dimensiones que vieron los siglos. Mujeres como María Pita o Agustina de Aragón, que cuando el deber las reclamó no dudaron en tomar las armas y hacer frente a los invasores. Mujeres como Pardo Bazán, Rosalía de Castro o Teresa de Jesús, que con su pluma reivindicaron los derechos de la mujer y la necesidad de instrucción de la misma. Mujeres como Lucía de Medrano, la primera mujer universitaria moderna y catedrática, allá a finales del XVI, o más recientes como Mercedes Formica, abogada que luchó por los derechos de la mujer en España contra las leyes liberales que imperaban.

Por ellas, por todas las que nos precedieron, nuestra lucha por la equidad, contra los atropellos de la Historia que nos ha destronado del lugar que nos correspondía, nuestra lucha debe ser constante. Elevémonos ante cualquier mediocridad y seamos honestas ante todo, porque somos nosotras las únicas que podemos sacar adelante esta sociedad infectada por el feminismo de sectas como FEMEN o SCUM GIRLS.

Llevamos siglos reclamando nuestro reconocimiento como pilar esencial para el progreso de la sociedad, luchando por la conciliación de la vida laboral y familiar, pero nunca sin olvidar el pasado histórico que nos precede ni nuestras tradiciones.
Por todo esto, ¡feliz día de la mujer!