martes, 8 de diciembre de 2015

El milagro de Empel.


El motivo de que el infante español haya proclamado Patrona suya a la Inmaculada concepción fue un hecho portentoso acaecido en la isla de Bommel (entre los brazos de los ríos Mosa y Vakal) el día 7 de diciembre de 1585.

Guarnecían esta isla 5.000 españoles del Tercio de Holanda, mandados por Francisco de Bobadilla. Cinco mil españoles que, en frase del almirante francés Bonnivet, parecían "cinco mil hombres de armas, y cinco mil caballos ligeros, y cinco mil infantes, y cinco mil gastadores, y cinco mil diablos".

El conde de Holac, que mandaba la escuadra Protestante, sitia la isla. El bloqueo se estrecha cada día más. La lucha, continua y cruel, va eliminando poco a poco a los soldados de Bobadilla. Secretamente piden los españoles auxilio a Farnesio y al conde de Mansfield sin resultado práctico. Cuando los pertrechos de guerra y de boca estaban casi agotados, el conde Holac les intima a la rendición, ofreciéndoles grandes ventajas.

El consejo de capitanes da la siguiente respuesta: "Los españoles prefieren la muerte a le deshonra." Al oír esta respuesta el conde Holac tiene una idea diabólica, que pone en práctica: las aguas del Mosa discurren por un cabal más alto que el terreno ocupado por los españoles. Abre un enorme boquete en el dique que las contiene y las aguas se precipitan, viéndose los españoles rodeados de un mar que los obliga a retirarse a las dunas que sobresalen y al montecillo de Emplen para no perecer ahogados, quedando sitiados por el agua y presos en tres islotes a merced de la escuadra protestante. Pasaron allí cinco días mal vestidos, mal alimentados, empapados de agua y ateridas de frío.

Un soldado rompió con un zapapico el hielo que cubría la trinchera, y al profundizar en la tierra tropezó con un objeto de madera. Era una tabla en la cual vio, con gran sorpresa y alegría, qué estaba pintada en frescos colores la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

A los gritos de júbilo de este soldado acuden sus compañeros, y, colocando la imagen de Maria Inmaculada sobre la bandera española, caen todos de rodillas y cantan la. Salve.

Pronto llega Bobadilla, y, considerando el hallazgo de aquella imagen como señal de una próxima protección celestial, dirige a los soldados estas palabras: “¡Soldados! El hambre y el frío nos llevan a la derrota; el milagroso hallazgo viene a salvarnos. ¿Queréis que se quemen las banderas, se inutilice la artillería y abordemos de noche las galeras, prometiendo a la Virgen ganarlas o perder todos, todos, sin quedar uno, la vida?..."

"¡Sí, sí; queremos!", fue la unánime respuesta de aquellos héroes.

La imagen de la Inmaculada Concepción fue seguidamente trasladada a una iglesia que había en el montecillo de Emplen y se la colocó en un trono, teniendo como dosel la bandera de España.

Aquella misma tarde, 7 de diciembre, se levantó un viento fuerte e intensamente frío que barrió parte de las aguas y éstas comenzaron a congelarse.

La escuadra protestante, ante el temor de quedar apresada entre los témpanos del Mosa congelado, levanta el cerco y se retira. Cuentan los historiadores que el conde de Holac pronunció entonces estas palabras: "Parece que Dios es español, pues ha obrado tan gran milagro."

Los españoles, marchando sobre las aguas heladas del río Masa, atacan con coraje y ardor guerrero a la escuadra protestante y alcanzan una completa victoria al amanecer del día 8, fiesta de la Purísima, contándose entre el botín de guerra diez navíos de bastimentos de boca y armas, toda la artillería y munición enemiga y 2.000 prisioneros.

El mismo día, 8 de diciembre de 1585, se celebren actos religiosos de acción de gracias y es trasladada a Balduc la imagen de la Inmaculada Concepción de María.
Por aclamación fue nombrada la Inmaculada Concepción Patrona de todos los Tercios de Flandes e Italia, fundándose una Cofradía bajo el titulo de Soldados de la Virgen, Concebida sin Mancha, siendo Bobadilla el primer cofrade y figurando en esta Cofradía todos los alistados en los Tercios de Flandes e Italia.

Algo más tarde Alonso Vázquez estableció en su Legión la misma Cofradía en España.
Desde entonces la Inmaculada Concepción es Patrona de la gloriosa Infantería española, pues es sabido que el nombre de Tercio se cambió por el de Regimiento después del Tratado de Utrecht.