domingo, 16 de febrero de 2014

Crónica de la conferencia "España en la II GM, entre la neutralidad y la beligerancia".


El pasado viernes día 14 tuvo lugar en nuestro Centro Social la conferencia "España en la Segunda Guerra Mundial. Entre la neutralidad y la beligerancia", impartida por D. Luis Castillo. La misma versó sobre la postura que el gobierno español tomó durante el mayor conflicto de la historia y las vicisitudes que el general Franco tuvo que lidiar durante los seis años de guerra.

El conferenciante nos situó en el contexto de una España salida de una guerra civil de tres años que dejó el país devastado exponiendo la situación claramente. Señaló que la figura más importante desde 1939 a 1942 fue Ramón Serrano Súñer, cuñado de Franco y hombre fuerte del gobierno y de FET y de las JONS, cuya postura fue de una germanofilia absoluta aunque modulada a partir de 1941. Asimismo se adentró en varios aspectos clave como la caída de Francia o la anexión española de la ciudad de Tánger que estrechó aún más las relaciones con los alemanes.

Especialmente extensa fue la explicación de la Entrevista de Hendaya entre Franco y Hitler en octubre de 1940. Indicó que la realidad de aquel encuentro es muy distinta a como la presentó la propaganda del régimen en su día. Franco exigió mucho porque realmente estaba dispuesto a entrar en la guerra del lado del Eje y no por evitar a toda costa la contienda. Lo que sí es cierto, dijo, es que "Franco no iba a entrar a cambio de nada". Por ello remarcó que el caudillo, mediante un patriotismo exacerbado, no rebajó ni una sola de las peticiones que hizo al respecto (alimentos, combustible, armamento, Gibraltar y la base de un futuro Imperio Español en África, etc.) debido a las necesidades de España, con un ejército maltrecho y una nación arrasada en todos los ámbitos, por lo que se mantuvo firme en las mismas. Incluso Franco firmó tras la entrevista un protocolo secreto en el palacio donostiarra de Ayete donde se adhería al Eje, pero sin cambiar un ápice sus exigencias y dejando claro que sería solo España quien decidiría cuando entraría.

Otros aspectos importantes que relató nuestro conferenciante fueron el informe de Carrero Blanco en el que explicaba sus veintuna razones para no entrar en la guerra, la nunca ejecutada Operación Félix para tomar Gibraltar y la relación entre las distintas "familias políticas" del régimen, como la Crisis de Mayo de 1941 donde los falangistas -totalmente germanófilos- se opusieron al nombramiento como ministro del anglófilo coronel Galarza.

Momento importante fue la invasión a la URSS por parte del III Reich que desató, en opinión de nuestro orador, "el mayor éxtasis de germanofilia que vivió el país. Falangistas, militares, católicos, monárquicos y carlistas estaban unidos en la idea de batir al comunismo en su propia madriguera", detallándonos como se fraguó el reclutamiento de los voluntarios de la División Azul, las pugnas entre Serrano Súñer y Varela al respecto y el nombramiento de Muñoz Grandes.

Además destacó, pese al mito últimamente propagado, que "jamás una guerra había desatado tanto clamor popular en la historia reciente de España como el ataque alemán a la Unión Soviética", que ningún combatiente fue a Rusia por presiones y que la División Azul estuvo fuertemente ideologizada hasta el punto de que jerarcas y cargos importantes del Partido y del Estado -en su mayoría falangistas como Ridruejo, Guitarte, Gaceo, Aznar, etc.- dejaron sus prometedores puestos para luchar contra el bolchevismo y, en el caso de algunos, morir en las estepas rusas. Además afirmará que "paradójicamente la División Azul será a la postre lo que evite la participación de España en la guerra".

En opinión del conferenciante 1942 y 1943 serán años clave para el viraje paulatino de España hacia los aliados y como Franco empieza a ver con otros ojos la situación bélica. Alemania se ha estancado en Stalingrado y retrocede, se ha producido la Operación Torch en África, comienza el desmantelamiento progresivo de la Falange más radical y se invade Italia por los ejércitos aliados, sin olvidar las conjuras monárquicas que pretenden restaurar la Corona por generales afines a Juan de Borbón.

La caída de Serrano Súñer y su sustitución en Exteriores por el anglófilo general Jordana será decisivo para el cambio. A todo ello, como indicó Castillo, se suman las exigencias inglesas y estadounidenses para repatriar a la División Azul y romper lazos con el Eje bajo la amenaza de estrangular más si cabe el bloqueo comercial a España que imperaba desde el inicio de las hostilidades.

El conferenciante nos relató el temor de Franco a una ocupación del país por Alemania o por los Aliados, por lo que fortificó el área pirenaica, aunque para su sorpresa quien llevará a cabo una invasión en 1944 en el Valle de Arán será el maquis, guerrilleros españoles en su mayoría comunistas, que será aplastada por los generales Moscardó y Yagüe en pocos días.

Para terminar nuestro orador nos explicó que en 1945, tras perder Alemania la guerra, comienza un verdadero acoso contra el régimen franquista por las potencias vencedoras que será el inicio del aislamiento internacional posterior. Lo que salvará al régimen de no ser derribado es su peculiar neutralidad durante el conflicto y, en su opinión, "la desconfianza creciente de Inglaterra y EEUU hacia la URSS, pues acabaron creyendo que si se derrocaba a Franco se instalaría un Estado títere de Stalin en España a lo que los anglosajones no estaban dispuestos pese a su odio al régimen".

Su conclusión final sobre el porqué España no entró en guerra se debió
sencillamente a que "Franco quería una guerra corta y un paseo militar que no fue posible y además porque Alemania nunca se comprometió a sus ambiciosas peticiones. No hay más historia ni secreto".