Ayer sábado 9 de marzo de 2.013, sobre las ocho de la tarde un pequeño grupo de militantes y simpatizantes de la Asociación Iberia Cruor nos concentramos junto al monumento a las Víctimas del Terrorismo de Jaén para rendir homenaje a todas las víctimas del terrible atentado del 11-M.
Os reproducimos el discurso de dicho acto:
“Esta tarde, como venimos haciendo en otras ocasiones, nos concentramos ante este monumento para reivindicar la memoria de 1.858 heridos y 191 personas masacradas en el atentado más cruel que ha padecido nuestra Patria. Han pasado 9 años desde entonces, y las reacciones a este holocausto han sido múltiples. Recordemos en los primeros momentos el desagradable intento de manipulación de los sentimientos por parte de los políticos y los medios de comunicación lacayos de la partitocracia. Fue evidente la perversión que destilaban sus intenciones, cuyo fin no era otro que hacerse con la poltrona en aquellas elecciones manchadas con sangre inocente.
El PSOE sintió una presión equiparable a la del boxeador casi noqueado, que en el último asalto se aferra a su contrincante con la intención de salvarse por la campana y los puntos. Exigía saber quién había sido el autor de la salvaje acción, antes de que las investigaciones si quiera hubieran trazado las primeras hipótesis. Al gobierno del PP se le ponía cara de póker porque sabían que si habían sido los moros se les acababa el chiringuito, porque recordemos que a la guerra de Irak fue nuestro ejército gracias a la política mamporrera de Aznar, que actuó como dueño de una república bananera haciendo caso omiso a la opinión de una gran mayoría de los españoles que aberrábamos de esa intervención, pero como todos los caudillos de la partitocracia, Aznar basaba su apoyo popular en una mayoría absoluta que le amparaba. Es decir, una papeleta en una urna cada cuatro años, un apoyo puntual en un momento y circunstancias dadas. Esta es la clase de democracia que defienden los mediocres.
Mientras tanto los acontecimientos seguían su curso, los medios se ponían al servicio de sus dueños, la SER inventando hombres bomba colmados de calzoncillos, los otros viendo cómo podían salvar al gobierno in extremis. Rubalcaba aseveraba que España no merecía un gobierno que mintiera. Las sedes de PP eran asaltadas por turbas dirigidas. Y Acebes cada vez con peor cara.
Y los españoles ¿qué hicieron? Auxiliar a los heridos, donar su sangre, llamar a familia y amigos, alegrarse por los vivos y rezar por las víctimas. Los médicos, enfermeros, bomberos y policías doblaban turnos o se presentaban voluntarios. Este es el pueblo español, su comportamiento fue intachable, al contrario del que los políticos mostraron repartiéndose la herencia con el padre aún de cuerpo presente.
Como todos sabemos, con aquellas elecciones se abrió la era Zapatero. El Partido Popular trató durante un tiempo de ilegitimar aquella victoria, pero cuando vio que aquella patraña no le aportaba los usufructos previstos, abandonó la vía, sin importarle que la investigación policial del caso estuviera plagada de errores presuntamente intencionados, que no se supiera con exactitud qué explosivo detonó en aquellos vagones que se vendieron como chatarra, tampoco se interesaron en saber quién ordenó esa destrucción de pruebas, o peor aún, quién ocultó uno de los vagones a la intemperie, de cuya existencia nos enteramos ocho años después por la prensa.
Hoy el 11 de Marzo ha quedado como una onomástica más, que nos la recuerda unas líneas cada vez más escuetas en la prensa, y los actos oficiales en aquellas estaciones madrileñas con políticos y asociaciones de víctimas cada uno por su lado. El año pasado nos asqueaban UGT y CCOO con la elección del 11 de Marzo como fecha para manifestarse en contra de la recién estrenada reforma laboral, dijeron que era el mejor de los homenajes a los trabajadores muertos en aquel atentado, no haremos comentario alguno sobre esto, ya que se describe por sí solo.
Y nosotros, ¿porqué venimos hoy aquí? No nos trae el gusto por la necrofilia, nos trae la frustración, nos trae la fidelidad, nos trae la búsqueda de la verdad, en definitiva, nos traen las ganas de remover el espíritu crítico de los españoles. Hoy queremos dejar de ser súbditos, para empezar a ser ciudadanos. Nuestra libertad ha de fundir sus raíces en la verdad y esto es lo que queremos reivindicar. Por la memoria de aquellos que han caído, no solo en este atentado, del que a día de hoy no se tiene certeza quién fue el responsable de la matanza ni con qué explosivo se hizo. También invocamos la memoria de todos los asesinados a manos de ETA, cuyas familias tienen que soportar los enjuagues políticos de todos los gobiernos, que permiten la presencia en las instituciones, los beneficios penales, la excarcelación, y cuando no la huida, con chivatazo incluido, de estos asesinos. Los que estamos aquí somos víctimas, no solo víctimas del terror asesino, que no nos permite vivir libremente en todas las tierras de nuestra patria, sino víctimas del poder político que permite aquello que venimos describiendo, pero antes de volver cada uno a su vida diaria, queremos que quede una idea bien clara, los que dirigen los designios de nuestra Patria están ahí por nuestro voto. Si desde hoy dejamos de pensar como súbditos y empezamos a ser ciudadanos, no individuos, sino Nación y comunidad, estas palabras no habrán caído en saco roto.”
Desde nuestra asociación anoche se quiso rendir un homenaje sincero y alejado del interés político, 11-M: Ni olvido Ni perdón.