Vemos que desde la creación del Estado de Israel (1948) -y ahora aún más con la repercusión del genocidio israelí- tanto los medios como los gobiernos y demás instituciones no gubernamentales, nos ‘imponen’ elegir a que bando apoyar: Palestina o Israel. Bien, a continuación detallaremos a que bando ‘hay que elegir’.
En principio, nuestras bases nos indican escoger un tercer camino que no apoye ni a uno ni al otro, ¿por qué?:
- Apoyando a Palestina. Supondría apoyar las costumbres, tradiciones y valores islámicos, como país musulmán que es, con lo que eso conlleva. Recordemos la reclamación de la hegemonía de Al-Andalus, recordemos el maltrato y vejaciones varias hacia la mujer (típico de un pueblo machista y misógino), recordemos el maltrato al que someten a las especies animales para sacrificarlas, recordemos la represión dictatorial de todos los gobiernos musulmanes, recordemos la lenta pero constante invasión (llamada también ‘inmigración’) de la que son parte entre otros, los musulmanes, recordemos al fin y al cabo, que el Islam, lejos de ser una religión como tal, es un movimiento radical e imperialista que manipula a sus creyentes para fines terroristas.
- Apoyando a Israel. Hagamos un inciso antes de argumentar el caso hebreo. Observamos como un país que esta practicando un genocidio en toda regla es totalmente libre para hacer sus fechorías, es decir, si fuera otro caso en el que supuestamente se ‘somete’ a genocidio a un pueblo, EEUU ya habría metido sus narices para hacer lo que le venga en gana a sus intereses. Y no solo EEUU, cualquier otro país u organización internacional ya hubiera parado tal matanza. Pero se nota que todos y cada uno de los países occidentales, cómplices del genocidio, están ‘en el ajo’ y van a llevarse su parte del ‘pastel’, y como ya ocurriera con la guerra de Irak, nadie hace nada por pararlo. Muchas reuniones y muchos debates, para aparentar resolver el conflicto, pero no llegan a ningún acuerdo. Aún así, es de risa contemplar como ahora es pintado Israel como un pueblo genocida y traidor, cuando hasta hace poco no era así.
Pues bien, ¿qué sacaríamos apoyando a Israel? Absolutamente nada. Si apoyar a Palestina sería caer en manos árabes, apoyar a Israel es caer en el abismo del que de alguna manera ya formamos parte y el que nos conduce a la decadencia de nuestro pueblo. Podría estar argumentando durante decenas de párrafos el porqué de no apoyar a Israel, pero como acabo de decir, mostrar nuestras amistades por un pueblo que desde que el mundo es mundo ha corrompido a las personas y ha consumido la voluntad de éstas, sería nuestra perdición. País por el que pasaba algún individuo del ‘pueblo elegido’, país que terminaba inmerso en el caos y la decadencia. El pueblo judío apenas esta presente en nuestras calles, pero esta presente en nuestras comidas mientras vemos la televisión, esta presente en nuestras decisiones electorales, esta presente cuando vamos a hacer un ingreso al banco, esta presente cuando los separatistas de Vascongadas y Cataluña piden la independencia y esta presente en todas las decisiones que afectan a nuestra nación, interna y externamente.
Después de analizar nuestra postura hay que pararse a pensar. Podemos decir que ni uno ni el otro nos afectan y que no tienen nada que ver con España o Europa, y que por tanto apoyarlos nos haría perder el esfuerzo y el tiempo. Eso es incorrecto. Tal vez a corto plazo puede que no afecten nuestros intereses, pero este conflicto no es otra cosa que un anticipo de lo que podría ser la Tercera Guerra Mundial en la cual enfrentaría los países islámicos encabezados por Irán, India y Rusia, contra Israel, EEUU y Europa (sierva de los americanos). Evidentemente cuando llegue este punto si que nos afectará de sobremanera, los españoles por desgracia estaremos a expensas de las decisiones de los ‘buenos’.
Tal vez antes de que pase algo así, lleguemos a la conclusión de que en diversas circunstancias “El enemigo de mi enemigo sea mi amigo”. Es decir, surge entonces la difícil cuestión de si -llegado el momento- es estratégicamente adecuado el unir fuerzas con el mundo islámico para vencer a un enemigo mucho más fuerte y peor, como es el que representa los ‘USA’ e Israel.
Esto antes o después cambiará, llegará un momento en el que las campanas de la Justicia harán temblar los cimientos de la corrupción y el engaño, y todos sus cómplices serán descubiertos ante el mundo como lo que son. En ese momento será cuando la verdadera Justicia triunfe en la faz de la tierra.
Quiero finalizar con un discurso del presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, en 2005 en el que hizo las siguientes declaraciones revisionistas con respecto al supuesto Holocausto judío:
“Ellos han inventado una leyenda en la cual los judíos fueron masacrados y la pusieron por encima de Dios, las religiones y los profetas. En occidente se le ha dado mayor significado al mito del genocidio judío, aún más que a Dios, la religión y los profetas, y se trata de manera severa con aquellos que niegan esta leyenda pero no hacen nada a aquellos que niegan a Dios, la religión y los profetas. Si ustedes quemaron a los judíos, ¿por qué no le dan un pedazo de Europa, los Estados Unidos, Canadá o Alaska a Israel? Nuestra pregunta es, si ustedes cometieron el crimen, ¿por qué una nación inocente como Palestina tiene que pagar por ese crimen?”.
En principio, nuestras bases nos indican escoger un tercer camino que no apoye ni a uno ni al otro, ¿por qué?:
- Apoyando a Palestina. Supondría apoyar las costumbres, tradiciones y valores islámicos, como país musulmán que es, con lo que eso conlleva. Recordemos la reclamación de la hegemonía de Al-Andalus, recordemos el maltrato y vejaciones varias hacia la mujer (típico de un pueblo machista y misógino), recordemos el maltrato al que someten a las especies animales para sacrificarlas, recordemos la represión dictatorial de todos los gobiernos musulmanes, recordemos la lenta pero constante invasión (llamada también ‘inmigración’) de la que son parte entre otros, los musulmanes, recordemos al fin y al cabo, que el Islam, lejos de ser una religión como tal, es un movimiento radical e imperialista que manipula a sus creyentes para fines terroristas.
- Apoyando a Israel. Hagamos un inciso antes de argumentar el caso hebreo. Observamos como un país que esta practicando un genocidio en toda regla es totalmente libre para hacer sus fechorías, es decir, si fuera otro caso en el que supuestamente se ‘somete’ a genocidio a un pueblo, EEUU ya habría metido sus narices para hacer lo que le venga en gana a sus intereses. Y no solo EEUU, cualquier otro país u organización internacional ya hubiera parado tal matanza. Pero se nota que todos y cada uno de los países occidentales, cómplices del genocidio, están ‘en el ajo’ y van a llevarse su parte del ‘pastel’, y como ya ocurriera con la guerra de Irak, nadie hace nada por pararlo. Muchas reuniones y muchos debates, para aparentar resolver el conflicto, pero no llegan a ningún acuerdo. Aún así, es de risa contemplar como ahora es pintado Israel como un pueblo genocida y traidor, cuando hasta hace poco no era así.
Pues bien, ¿qué sacaríamos apoyando a Israel? Absolutamente nada. Si apoyar a Palestina sería caer en manos árabes, apoyar a Israel es caer en el abismo del que de alguna manera ya formamos parte y el que nos conduce a la decadencia de nuestro pueblo. Podría estar argumentando durante decenas de párrafos el porqué de no apoyar a Israel, pero como acabo de decir, mostrar nuestras amistades por un pueblo que desde que el mundo es mundo ha corrompido a las personas y ha consumido la voluntad de éstas, sería nuestra perdición. País por el que pasaba algún individuo del ‘pueblo elegido’, país que terminaba inmerso en el caos y la decadencia. El pueblo judío apenas esta presente en nuestras calles, pero esta presente en nuestras comidas mientras vemos la televisión, esta presente en nuestras decisiones electorales, esta presente cuando vamos a hacer un ingreso al banco, esta presente cuando los separatistas de Vascongadas y Cataluña piden la independencia y esta presente en todas las decisiones que afectan a nuestra nación, interna y externamente.
Después de analizar nuestra postura hay que pararse a pensar. Podemos decir que ni uno ni el otro nos afectan y que no tienen nada que ver con España o Europa, y que por tanto apoyarlos nos haría perder el esfuerzo y el tiempo. Eso es incorrecto. Tal vez a corto plazo puede que no afecten nuestros intereses, pero este conflicto no es otra cosa que un anticipo de lo que podría ser la Tercera Guerra Mundial en la cual enfrentaría los países islámicos encabezados por Irán, India y Rusia, contra Israel, EEUU y Europa (sierva de los americanos). Evidentemente cuando llegue este punto si que nos afectará de sobremanera, los españoles por desgracia estaremos a expensas de las decisiones de los ‘buenos’.
Tal vez antes de que pase algo así, lleguemos a la conclusión de que en diversas circunstancias “El enemigo de mi enemigo sea mi amigo”. Es decir, surge entonces la difícil cuestión de si -llegado el momento- es estratégicamente adecuado el unir fuerzas con el mundo islámico para vencer a un enemigo mucho más fuerte y peor, como es el que representa los ‘USA’ e Israel.
Esto antes o después cambiará, llegará un momento en el que las campanas de la Justicia harán temblar los cimientos de la corrupción y el engaño, y todos sus cómplices serán descubiertos ante el mundo como lo que son. En ese momento será cuando la verdadera Justicia triunfe en la faz de la tierra.
Quiero finalizar con un discurso del presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, en 2005 en el que hizo las siguientes declaraciones revisionistas con respecto al supuesto Holocausto judío:
“Ellos han inventado una leyenda en la cual los judíos fueron masacrados y la pusieron por encima de Dios, las religiones y los profetas. En occidente se le ha dado mayor significado al mito del genocidio judío, aún más que a Dios, la religión y los profetas, y se trata de manera severa con aquellos que niegan esta leyenda pero no hacen nada a aquellos que niegan a Dios, la religión y los profetas. Si ustedes quemaron a los judíos, ¿por qué no le dan un pedazo de Europa, los Estados Unidos, Canadá o Alaska a Israel? Nuestra pregunta es, si ustedes cometieron el crimen, ¿por qué una nación inocente como Palestina tiene que pagar por ese crimen?”.